SOS DE MIEL

Sos de la miel que brota del árbol de la vida,
del tronco que agrietado derramándose va,
sos un enamorado de la ninfa atrevida
que desgrana el silencio que siguiéndote está.

Has de libar la musa, que hoy canta socorrida,
desde los ventanales de la imaginación,
para que luego beses la boca adormecida,
que transformó el invierno, en cálido rincón.

Y quien callar pudiera la romántica espera;
que apacible se encresta en la rama que austera,
sostiene embravecida una rosa de hiel.

Los silencios son montes en la inmensa colina,
donde la tibia noche, ya sin querer se inclina,
a saborear un beso fraguado con tu miel.