La noche está tan negra; como negra la lluvia,
que resuena en mi techo dejándome saber,
que este dolor del alma que hoy me enfría y me enturbia
sólo desaparece si deja de llover.
Es que todas sus gotas golpean mis rincones,
parecen como notas, que me quieren cantar,
una canción de cuna en los viejos sillones,
que entonaba mi abuela delante de su altar.
Y aquí donde reviso el pasado de un trazo,
la soledad inerte me anuda con un lazo
mientras el agua triste, no me deja dormir.
Me recuesto al recuerdo ,de lluvia y viento norte,
aquellos días mustios de playa y pasaporte
para los que se quedan, viendo al ciclón venir.
viernes, 24 de julio de 2009
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